Samsung trabaja en una pantalla enrollable
ABCTecnología-Hardware(30/05/2016)
Samsung, según ha publicado «Slash Gear», trabaja en una nueva pantalla flexible En realidad se trata de un prototipo que la compañía ha presentado en la «Display Week 2016», una feria en la que se dan cita los grandes del sector que acaba de celebrarse en San Francisco.
Se trata de una pantalla flexible OLED de 5.7 pulgadas y solo 0,3 mm. de grosor que podría lanzarse al mercado el año que viene. No es la primera vez que Samsung centra sus esfuerzos en este tipo de pantallas. En el Galaxy Note Edge o Galaxy S7 Edge eran curvas.
Con apenas 5 gr. de peso, una resolución de 1920 x 1080 píxeles y densidad de 386 ppp, «Slash Gear» asegura que la pantalla se puede doblar tanto que, para guardarla en el bolsillo, basta con enrollarla.
Sin embargo, como muy puntualiza el portal, de llevarse a la realidad, esta pantalla no resultaría tan sorprendente. Al agregarle la batería, una película protectora y demás elementos, dejaría de ser tan fina y flexible. Por tanto, sería mucho más complicada de enrollar.
La amistad entre robots y humanos promete
ABCTecnología-Hardware(27/05/2016) RoboCity16 finaliza este viernes en Madrid. Se trata de un evento en el que se dan cita robots humanoides e incluso peluches robotizados para charlar y estimular cognitivamente a ancianos y enfermos, junto a otros con habilidades de camareros, guías o asistentes en museos.
Esta conferencia ha sido organizada por el consorcio español RoboCity 2030, formado por la Universidad Carlos III de Madrid, la Universidad Politécnica de Madrid, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de Alcalá, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Aunque los robots son aún torpes en fluidez de movimientos y se enfrentan al complejo desafío de manejarse de forma natural en espacios desconocidos o con trabas imprevistas, los avances en robótica de servicio, para interactuar cada vez más con los humanos, fuera de espacios cerrados como los industriales, están siendo enormes.
Esta universidad ha acudido a la conferencia con robots tan populares como Teo, uno de los primeros humanoides bípedos a escala humana en Europa, que está siendo entrenado en la actualidad para manejarse como camarero llevando comida y bebida, según han explicado este viernes a Efe futuro sus responsables.
Más allá de la dificultad de caminar como un humano, algo realmente complejo para los robots en terreno no llano, este humanoide de 1,7 metros de altura y más de 60 sensores, además de 28 motores o grados de libertad, está aprendiendo a moverse con una bandeja, sin que se le caiga lo que lleva encima. Por su parte, MiniMaggie es un tierno peluche robotizado con dotes sociales, de unos 30 centímetros de altura, que charla con las personas y expresa alegría, tristeza o enfado entre otros sentimientos. Incluso se sonroja. Este robot ha empezado a utilizarse con fines terapéuticos y de entretenimiento en centros de día con ancianos.
Otros de los robots «estrellas» con habilidades sociales expuestos en esta jornada son Doris y Urbano, de la Universidad Politécnica de Madrid, un par de semihumanoides, sin piernas, al menos por ahora, que se mueven en sendas plataformas e interactúan con las personas mediante inteligencia artificial.
Doris, dotada de labios prominentes y grandes ojos que se mueven al tiempo que habla, se enfada, se entristece o se alegra dependiendo del entorno, y es capaz de tomar decisiones como pararse si alguien se antepone en su camino gracias a una «compleja matemática de control de movimientos».Todavía no tiene brazos, pero en breve se le colocará uno, y además de hablar español e inglés, es capaz de mover la cara, sonreír o hasta guiñar el ojo, con sus 16 sensores del rostro. Asimismo, está dotada de cámaras, láser y radares para manejarse.
Otro de los ejemplares punteros es Carlitos, el primer antropoide submarino, que trabaja a cuatro patas, de forma sostenible, en las profundidades marinas, sin límite de metros, y puede cargar con cientos de kilogramos de peso y sortear tropiezos del terreno, como rocas.Una de sus mayores peculiaridades es que gracias a un sofisticado traje con sensores, el robot replica en el mismo lugar de trabajo los movimientos que realiza el operario que lo telemaneja en la distancia ante un pantalla.
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Los secretos del bosque de Guinea
EL MUNDO(29/01/2016)
En las playas de arena negra de la isla de Bioko desovan cada año cuatro especies amenazadas de tortugas marinas y en su interior habita una subespecie endémica de driles prácticamente sin estudiar. En el Parque Natural del Monte Alén hay inventariadas 105 especies de mamíferos, 16 de primates, y sobrevive una de las pocas muestras de bosque ecuatorial primario. Bioko y Monte Alén están considerados por la comunidad científica internacional dos paraísos de la biodiversidad y son las dos localizaciones de El Secreto del Bosque, el primer documental sobre la naturaleza que se ha conseguido grabar íntegramente en Guinea Ecuatorial. Ni la BBC ni National Geographic. El mérito de haber rodado por primera vez en este país todas las imágenes de un audiovisual es de la ONG medioambiental Ecoguinea y la productora audiovisual gallega Wakafilms, un equipo que han conseguido sortear las dificultades que hasta ahora habían impedido a las grandes cadenas grabar algo más que pequeños fragmentos de este edén.
Bartolo Nkogo Mba es un cazador real con el que el equipo se cruzó en el centro cultural de la AECID en Bata. Les habló de la memoria espectacular de los elefantes o de la inteligencia de los chimpacés sin haber recibido formación científica, "su experiencia en la selva, su observación y su curiosidad le facilitaron datos que parecían de enciclopedia" y se convirtió en el eje de un documental en el que tiene el mismo peso el equipo de comunicadores y el de científicos,el protagonista ha visto de todo en el bosque, excepto al búho, pero el búho le acompaña desde las alturas desde joven, lo vigila y le ayuda. Entre ambos, mostrarán al espectador los secretos y la grandeza del bosque ecuatoguineano e imágenes inéditas de búfalos, elefantes, chimpancés o un gorila de lomo plateado de Monte Alén y de tortugas y driles de Isla Bioko.
El exceso de CO2 en los océanos intoxica y desorienta a los peces
EL MUNDO(29/01/2016) El aumento de los niveles de CO2 en el mar podría tener graves consecuencias para el sector pesquero mundial. Según revela el primer análisis global del impacto en los océanos de las emisiones procedentes de combustibles fósiles, estos han alcanzado un nivel lo suficientemente alto para intoxicar a los peces. Lo más preocupante es que ha ocurrido mucho antes de lo que se pensaba.
El estudio, que se publica en la revista Nature, está dirigido por el doctor Ben McNeil, del Centro para la Investigación sobre el Cambio Climático de la Universidad de Nueva Gales del Sur. Las altas concentraciones de dióxido de carbono causan en los peces una enfermedad conocida como hipercapnia, que consiste en una cantidad excesiva de CO2 en la sangre. La intoxicación a la que se ven sometidos los peces les provoca desorientación. Básicamente, se pierden en el mar. El dióxido de carbono afecta al cerebro y pierden el sentido de la orientación y la capacidad de volver a casa. La confusión llega hasta el punto de que no son capaces de reconocer dónde están sus depredadores.
El efecto de la hipercapnia se ha documentado en especies jóvenes, principalmente en peces que viven en los arrecifes como el pez payaso y el pez damisela. McNeil afirma que también hay cada vez más evidencias que indican que el comportamiento de los salmones jóvenes, del bacalao del Atlántico, del lenguado, de la escorpina, del calamar y de los tiburones costeros también está afectado por la hipercapnia. Pero aún hay mucho desconocimiento. "Es posible que muchas otras especies se hayan adaptado a altas concentraciones de CO2 sin ningún efecto y aún queda mucho trabajo por hacer para entender cómo afectará la hipercapnia a los innumerables organismos marinos en el futuro".
Para realizar esta predicción, los científicos utilizaron datos globales de las concentraciones de dióxido de carbono en el mar, recogidos durante los últimos 30 años como parte de varios programas oceanográficos. Las áreas marinas más afectadas por los altos niveles de dióxido de carbono son el Atlántico norte, el Pacífico ecuatorial y el océano Antártico y se espera que para mediados de este siglo estas zonas experimenten episodios de hipercapnia. "Para el año 2100, las criaturas marinas de medio mundo estarán afectadas de hipercapnia", indica McNeil. Este efecto se podría revertir si la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera se mantuviese inferior a las 650 ppm. Las emisiones mundiales de este gas aumentaron un 30% en la última década y los niveles actuales de CO2, según la NOAA, están en torno a los 402 ppm. Los efectos de la hipercapnia se detectan cuando los niveles de CO2 en el océano alcanzan más de 1000ppm.
El 30% de las capturas pesqueras mundiales no se declara oficialmente
El mar es el origen de la mayor parte del pescado que se consume en todo el mundo, y en muchos países en desarrollo éste supone la principal fuente de proteína animal que muchas poblaciones rurales se pueden permitir. Pero, además, comer pescado está de moda en los países ricos. La gran popularidad que han tomado el sushi, el ceviche o la sopa de aleta de tiburón -entre otras recetas- en la Unión Europea, Japón, China o EEUU ha creado una demanda tan enorme que no puede ser cubierta por las capturas en sus propias aguas territoriales.
El mercado creado alrededor de esta demanda está teniendo un gran impacto sobre los stocks pesqueros, pero también sobre las familias que viven de la pesca artesanal que se ven obligadas a competir por los recursos con las grandes flotas industriales cuyo objetivo es cubrir la demanda de los restaurantes de Europa o Norteamérica. Pero, por si fuera poca esta presión que soportan las pesquerías de todo el planeta, las capturas declaradas por los cerca de 200 países pesqueros del mundo sólo declaran el 70% de las capturas que realmente hacen cada año. Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de British Columbia revela que la cantidad real de pescado que se extrae de los mares de todo el mundo cada año es de 109 millones de toneladas métricas, y no de 77, como señalan los datos oficiales que envían a Naciones Unidas más de 200 países y territorios de todo el mundo. La comunidad internacional no tiene ni el más mínimo control del 30% de las capturas de pescado que se realizan. Una cantidad que, según los investigadores, equivale anualmente al peso de toda la población de EEUU. La falta de control tiene un efecto directo sobre la salud de las poblaciones pesqueras. En Canarias, por ejemplo, la pesca deportiva extraía en 2005 el 60% de las capturas cada año cuando había 40.000 licencias. Hoy las islas ya cuentan con 116.000 autorizaciones. «La información rigurosa es crítica para entender la salud de las poblaciones y para que se puedan imponer cuotas y restricciones», aseguran los autores.